"Siempre me ha gustado la música y me hubiese encantado aprender a tocar un instrumento pero... ya estoy mayor para esas cosas y se me ha pasado el arroz".
Cuantas veces hemos escuchado a los padres de nuestros alumnos o a personas ya adultas este tipo de frases. La pregunta es: ¿se puede aprender a tocar un instrumento siendo ya adulto?
Quizá cuando eras pequeño no tuviste la oportunidad o tenías otros intereses pero si tienes el gusanillo, desde aquí os animamos a aprender un instrumento. Los beneficios que te puede aportar son muchos: mantiene jóvenes tus oídos, la mente se mantiene activa, te ayuda a expresar sentimientos, ayuda a controlar el estrés laboral y mejora el estado de ánimo... Además seguro que hay una canción que siempre te habría gustado tocar y no sabes lo gratificante que puede ser verte capaz de hacerlo.
En la escuela tenemos la suerte de tener a Raquel como alumna de Flauta travesera y, colándome en una de sus clases, me habló de su experiencia la cual os dejo a continuación.
- ¿Qué te ha motivado a estudiar música y por qué elegiste la Flauta travesera?
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| Raquel y su profesora Cristina. |
De pequeña estudié piano y hace tiempo que tenía ganas de aprender a tocar la flauta, ya que su sonido me encanta. Al establecerse la escuela de música en el cole pensé que podía ser el momento.
- Sé que compaginas el trabajo con tus tres niños y además vienes a clase de flauta, ¿cómo te las apañas?
Busqué una opción compatible, hacer coincidir las actividades extraescolares de los peques con mi clase de música. Aprovecho que les traigo a sus actividades para yo ir a flauta.
- Uno de tus hijos es alumno de Iniciación a la Música en nuestra escuela, ¿qué te animó a traerle contigo?
Los dos mayores realizan actividades musicales y el pequeño promete. Creo que tanto a nivel intelectual como emotivo, la música hace grandes aportaciones a las personas.
- ¿Qué le dirías a un adulto que siempre ha querido estudiar música y a lo mejor no se atreve?
Si tiene ganas y un mínimo de tiempo, debe animarse, merece la pena. La música te engancha, te emociona, te hace sentir bien... y pasas de ser un oyente a participar activamente en ella.
"Nunca es tarde si la dicha es buena"
¡Un saludo a todos!
Nada más llegar se presentaron todos los niños y se organizaron para participar en la gymkana musical. Juegos de toda la vida (carrera de huevos, explotar globos con el culo...) mezclados con pruebas musicales. Después de tanto ajetreo y recuperando el aliento, los niños hicieron un mural del campus.
